martes, 11 de diciembre de 2018

ROCK & ROLL POR LA LIBRE










Y no existe mejor revancha contra el mundo que la adicción.
“El pericazo sarniento”. Carlos Velázquez.

Ha estado bebiendo seriamente todo el día y sólo
 Dios sabe cuántas drogas duras fluyen por su sangre.
Pero, a pesar de todo, continúa funcionando.
   “Antigua sabiduría gonzo”. Hunter S. Thompson.


Por Javier Hernández “El Abuelo”
Twitter @abuelo_1176

El tres de febrero del 2011 se terminó de filmar el documental Rock & Roll por la libre, que había comenzado el cineasta Sergio García Michel (q.e.p.d.) varios años atrás, y que, gracias al apoyo que Enrique y Viri García Michel le brindaron a Armando Jiménez, lograron encontrar el material que el director tuvo guardado durante mucho tiempo, aunque sólo recuperaron 60% de las grabaciones.  
En uno de sus primeros conciertos en el Multiforo Cultural Alicia de la Ciudad de México, García Michel se acercó con el cantautor y le propuso hacer un documental, lo que sorprendió a Armando que le pregunto ¿a mí, que sólo he grabado dos discos? Y el director contesto: Lo que pasa es que la grabación va a durar quince años, ¿cómo la ves? Tras escuchar la respuesta del cineasta, Palomas aceptó sin duda alguna.

Resulta muy difícil resumir una carrera musical de 20 años tan prolífica en dos horas de documental; más aún si el director que empezó el rodaje fallece en el camino. A pesar de esto el documental cumple. Palomas tomó el riesgo de concluir el trabajo de su amigo con el cual compartía: la fobia por la televisión, el humor negro, una mujer, la hierba y la cerveza. Como se apunta al inicio del documental.

Cuando apenas era un niño Armando Jiménez Veloz soñaba con ser beisbolista y jugar para los Rieleros de Aguascalientes su ciudad natal. Creció en el seno una familia tradicional, pero, conforme se hacía mayor soñaba con una guitarra y cantar sobre un escenario; fue su primo quien le enseño a tocar. Trabajaba en una refaccionara que era propiedad de sus papás y en sus ratos libres pintaba portadas para discos, los que serían sus discos futuros. Se le acercaron unos vecinos del barrio para formar su primera agrupación, llamada “La Clicka” y que sería para entrar a la “explosión roquera” concurso de bandas organizado por el Instituto Cultural de Aguascalientes y que ganaron. El premio consistía en la grabación de un video y se transmitiera en MTV.

El grupo se desintegró en poco tiempo y él solo empezó a tocar en bares. Le iba mucho mejor que con la banda, situación que lo llevó a tocar en el Festival Cultural Cervantino de Guanajuato y, después se aventuró a visitar el Distrito Federal. Tocó las puertas del Alicia y se le abrieron para empezar a gestar la figura del gran compositor que es en la actualidad.

Fausto Arrellin, Kenny Avilés (la de los eléctricos), Lalo Tex y Rafael Catana son algunos de los artistas que aparecen en este documental. Hablan acerca de cómo conocieron y, se volvieron gracias a sus letras, seguidores del cantautor hidrocálido. Francisco Barrios, el famosísimo Mastuerzo, cuenta que, en una ocasión le dijo: Si las rolas te significan, hazlo, muérete de hambre.

Es uno de los cantautores más importantes del inicio de siglo de la canción popular, comenta Catana, ya que en sus presentaciones en directo es donde realmente se aprecia todo el potencial del Palomas, y gracias a su carisma consigue una interacción con su audiencia que muy pocos artistas en la actualidad logran.

Es el último rupestre, pero con variante punk, comenta Pepe Navar periodista que junto a José Antonio Richarday, José Luis Pluma, Javier Hernández “Chelico” y Karina Almaraz, aparecen y testimonian como el Palomas se fue convirtiendo en un fenómeno debido a su conexión con el público.

¿Qué le paso a la luz? Uno de los capítulos del documental, que aborda el tema de sus adicciones y excesos del compositor, siempre se consideró un borracho feliz y menciona su gusto por consumir marihuana y cocaína pero a raíz de un accidente en Hermosillo en el año 2008 todo cambio, comenta el cantautor: Extraño que la madrugada se me fue sin decir agua va, de un momento a otro tuve que cambiar mis hábitos alimenticios, tuve que cambiar la guitarra por un suero, tuve que cambiar mi tequila por una leche de soya, tuve que comerme a puños una canción que escribí, que se llama ´Vida Light’.

Todo indica que Sergio no se equivocó. Cuando lo vio en el Multiforo de la Ciudad de México supo que había algo especial en aquel muchacho y por eso se aventuró a realizar este documental. Sin contar con difusión en medios de comunicación masivos, su música se propagó de boca en boca; hoy, en cada  lugar a donde llega, es reconocido y querido por la gente.

Este documental es recomendado para quienes aún no lo conocen y es obligado para los fans más acérrimos.

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