Hunter S. Thompson.
Editorial Sexto Piso.
2018.
Ciudad de México.
Por Javier Hernández “El Abuelo”
Twitter @abuelo_1176
Hunter S. Thompson (1937-2005), escritor y
periodista.
Anita Thompson y Doug Brinkley, pareja y
albacea literario respectivamente, se dieron a la tarea de recopilar más de
cuarenta entrevistas hechas al creador del periodismo gonzo, quien vivió de una manera desenfrenada, ya que fue
consumidor de alcohol y diversas drogas, le gustaba manejar por las noches a
exceso de velocidad y amaba las armas de grueso calibre.
Este libro puede ser considerado como una
autobiografía que se tardó en escribir treinta y ocho años, pues las
entrevistas se realizaron entre 1967 y 2005. En ellas se aprecian las diversas
etapas por las que Thompson atravesó como periodista y su característico
cinismo lacerante.
Hemingway decía que el periodismo era bueno para un escritor si
sabias cuándo abandonarlo. Creo que yo me quedé demasiado tiempo, le comentó
a David Felton en 1980, para Rolling
Stone College Papers.
La mayoría de las drogas han sido muy buenas para mí. Consumo
drogas, y sí abuso de ellas, bueno, dime dónde. ¿Qué quieres decir con abusar
de ellas, imbécil? ¿Qué es abusar,? respondió a Tim
Mohr de Playboy en mayo de 2005.
Son muchas las anécdotas que provocan todo
tipo de sentimientos, desnudando la parte humana de Hunter, quien poco a poco
llegó a convertirse en icono de toda una generación, y que, además, creó una
escuela basada en la honestidad, ya que si algo distingue al periodismo gonzo es la total franqueza con la que
narra o describe los hechos ocurridos en el entorno de la noticia. Doug me instó
a facilitar este libro a estudiantes y expertos en Hunter, comenta
Anita.
El prólogo fue redactado por uno de sus más
grandes admiradores, el escritor Carlos Velázquez, que asienta: Con The Kentucky
Derby is Decadent and Depraved, Thompson
acortó la distancia entre el aspirante a periodista y el oficio. A partir de
entonces ya no sería indispensable estudiar periodismo para convertirse en
cronista. Ya Joseph Mitchell, Tom Wolfe y Gay Talese habían hecho tambalearse
al género. Entonces vino Hunter a darle el tiro de gracia.
Libro altamente recomendado para los
estudiantes de ciencias de la comunicación; la obra completa de Hunter debería
ser el pan de cada día para los nuevos aspirantes a periodistas, ya que en
estos tiempos el pensamiento crítico parece haber sido olvidado. Por un lado,
la prensa “chayotera”, por el otro lado, la “chaira”; ambos extremos caen en el
fundamentalismo y ven los sucesos en blanco o negro, sin darse tiempo para analizar
todos los matices existentes, siendo pocos los periodistas serios que se
dedican al análisis profundo, como Julio Hernández “Astillero” del diario La Jornada o Arturo Rodríguez del
semanario Proceso. Esto se debe, en
gran medida, a que el sueño dorado de la gran mayoría de estudiantes no es escribir
una gran crónica o realizar buenas investigaciones, sino volverse un Youtuber
buena ondita, chistosito y famosón.
Pobre del periodismo en México, tan cerca de
Chumel Torres y tan lejos de Julio Scherer García.
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