martes, 22 de enero de 2019

CONOCIENDO MÁS A LA LUPITA



Por Omar Perdomo








OP: La faceta que más nos gusta de ustedes es verlos tocar pero debe haber banda que quiera conocerlos un poquito más… entonces, cuéntennos qué hacen cuando no son La Lupita, cuando no están arriba del escenario; ¿qué hacen en su tiempo libre? O ¿hay por ahí algún otro proyecto?
Héctor: Pues tiempo libre no hay mucho ahora, cuando no estamos en un escenario, haciendo una entrevista o trabajo de oficina de La Lupita… somos papás, eso absorbe también gran parte de nuestro quehacer. Yo tengo algunos proyectos de televisión, ahora estoy en el canal de la Ciudad de México, tengo un programa con un segmento de rock y estamos por estrenar otro que se llama Irreverente, va a estar muy divertido también, junto con otros colegas músicos… y eso, pues más o menos la música. La Lupita la verdad deja poco tiempo libre, entonces afortunadamente hay trabajo y mientras haya trabajo va a haber “Lupe” pa’ rato.
Lino: Como decía Héctor, La Lupita deja media tarde, a lo mejor un domingo para ver una película o algo así. De verdad para las bandas autogestivas, automanagereadas, las bandas que como muchas de nuestra generación están pendientes de lo que sucede, de la cercanía con la gente que nos escucha y demás… queda poco tiempo libre, pero esos ratitos libres, de verdad, cuando me pongo a regar las plantas de mi casa es como una vacación; podo las plantas, me gusta la jardinería, me gusta mucho cocinar. Si yo no hubiese sido músico, me hubiera dedicado a estudiar la cocina como se debe y a cocinarles a mis amigos.
OP: Por ahí va un poquito esta pregunta, si ustedes pudieran otra persona aunque fuera por un día, ¿quién serían?
Lino: Wow, eh. Clark Kent, Superman… Bruno Díaz, Batman. Jim Morrison, Jimmi Hendrix pero sobre todo Prince, por un día.
Héctor: Yo si tuviera chance escogería a alguien que no fuera conocido, alguien que no tuviera nada que ver con esto. A veces también vacaciones de la chamba y la farándula, las cámaras y eso también está padre, pero… no sé, cualquier persona que no sea conocida.
OP: Ustedes que ya llevan un rato dándole, ¿qué le podrían decir a su yo de hace 20 años?
Héctor: Yo le diría que sí, que sí hay tiempo para estudiar otras cosas. A mí me hubiera gustado mucho estudiar arquitectura, por un tiempo lo pensé pero luego según yo en mi rollo de la música y de estar ahí al 100%, también… pues era una parte música y la otra parte fiesta, una buena cantidad de fiesta, entonces sí… que no desperdiciara tanto el tiempo.
Lino: Yo si me encontrara a mí mismo 20 años más joven le diría que no dejara de practicar la guitarra, sigue dándole, ponte hacer ejercicio; conserva todo lo maravilloso que vas conociendo en el camino, que son las amistades. Hay amistades que es un lujo tener a través de la música y que ya por el tiempo y demás no puedes seguir manteniendo el contacto. Hoy día sería increíble mantener contacto con la gente, por ejemplo, que fue al 1er concierto de La Lupita hace 26 años o la gente con la que grabamos el 1er disco de La Lupita en Los Angeles. O con el chef  que estuvo alimentándonos en Londres, mientras estábamos viviendo y haciendo el 2° disco de La Lupita, decirle amigo, aunque tengas alzheimer aquí estamos contigo. Decirle a la gente que ya se nos fue, que está allá arriba, “te quiero mucho”, no sé, cosas así…
OP: ¿Hay alguna cosa para la que se consideren muy malos?, ¿algo que no hagan con facilidad?
Héctor: Sí, las computadoras, soy malo para los videojuegos; puedo pasar una semana jugando el juego y todavía no sé para qué es el botón amarillo, no sé y nomás le pico a lo pendejo, soy malo para eso; para la tecnología en general.
Lino: Soy malo para las matemáticas, tengo que recargarme siempre en mi calculadora y en ese tipo de cosas para las labores del día, por decirlo, muy malo para las matemáticas. Me hubiese encantando aprenderme las tablas, me acuerdo que de niño me pegaban las tablas de multiplicar en la pared del baño para que mientras estuviese haciendo mis labores metabólicas me aprendiera las tablas, soy muy malo para eso. También soy muy malo para tirar penales, soy mal defensa, mal portero y… malo para tirar penales en el fútbol.
OP: Muchachos como fue ese momento en el que quizá de más chicos, vieron a alguien o algo les paso que hizo que su cabeza pensara que sería buena idea dedicarse a tocar en un escenario, a cantar, escribir, etcétera; todo lo que implica…
Héctor: Yo viendo a algunos artistas en la tele de chavito, tanto de aquí como de afuera, gabachos, lo que fuera, yo veía algunas y cosas y decía “yo quiero hacer eso”, quiero estar ahí, en ese pedo, en medio de todo ese rollo, luces… Yo quería estar ahí, lo sabía desde chiquito, y me gustaba la música desde pequeño, estudió desde niño, entonces… sí fue algo que si quería. Luego vas creciendo y a veces lo dudas, a veces parecía también tan lejano y tan irreal ese mundo que ves en la tele… ahora en las redes, que no importa que sea gente de verdad, sigue pareciendo como irreal e inalcanzable y… de repente, pues tú también te vas encaminando, lo vas buscando, vas agarrando el caminito y acabas haciéndolo. Se juntan los astros y se te da una oportunidad, la aprovechas y conectas con la gente y entonces hay un proyecto musical vivo que está funcionando y que produce. Fue un camino que suena ahorita muy natural pero no, realmente tienes que vencer muchas cosas, tú propia pena, complejos, y tonterías, todo lo que tienes que ir superando, pero vale la pena intentarlo: a algunos se nos da, bendito sea Dios, y a otros no, ni modo pero hay que intentarlo.
Lino: Creo que fue algo que… sucedió, fue natural, creo que la música y el arte, los instrumentos. Hay gente que nace para ser baterista, gente que nace para ser guitarrista, para ser pintor, hacer grafitis, para ser comunicador, chef, pero yo creo que te escogen a ti, tú no escoges. De repente te tiran ahí como a la bandeja, como si fueran esos estands que hay en las ferias, en los que estás con una cañita tratando de agarrar un pescadito con un imán, hay imanes que se pegan y otros que no. La vida te escoge, yo me acuerdo perfectamente que en el momento que vi a mis hermanos que estaban echándose una cascarita de básquetbol en el parque y que yo estaba extasiado con un disco de AC/DC abierto enfrente de la tornamesa me di cuenta que mi camino era por otro lado.
OP: ¿Qué influencias no musicales podemos encontrar en La Lupita?
Héctor: Creo que hay muchas influencias de las letras, hay influencia de José Agustín por ejemplo, en el tono, en el que a veces podemos hablar de una tragedia pero usamos un tono como medio cómico o surrealista/hiperrealista. Amigos con lo que hemos convivido. Colaboró con nosotros José Velasco en nuestro 2° disco con varias letras, cosas súper chidas que hizo para nosotros. Creo que también hay influencia de los medios de comunicación, y hasta un poco de la influencia de la publicidad, de los jingles que oíamos y que desde chavitos pues se nos van grabando, hay algunos que realmente son obras de arte, uno rolones, mega-hits… entonces desde eso hasta los maestros que tuvimos en la escuela, nuestros amigos, familia, periódicos, las notas que leíamos en el periódico que nos impactaban mucho y también hay el reflejo de eso, bastante, creo que la vida en general te influencia; hasta lo que comes.
Lino: Las películas, junto todo lo que comenta Héctor. Las películas también te dejan algo, son un par de horas que te sales de tu vida y estás en una butaca, estás en un espacio en el que estás conectándote con la visión de otra gente que está contando una historia. La música es contar historias, las canciones, como compositores tratamos de tal cual, contar historias y… las películas, en las giras es ver pedazos de ellas, escuchar canciones. Hace poco escuchábamos a los Rolling Stones, a Prince, antes estábamos viendo un pedacito de Twin Peaks de David Lynch, entonces… yo creo que entre más te dejes que la antenita, la intuición te mande por aquí o por allá, déjarte ser, sentir… eso, las películas, la calle, los amigos, los chistes; cualquier cosa te puede cambiar la vida en un segundo.

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