Letras de Reserva
Por Adriano Alarcón
Al Javier, y su sed
de CotoRock
Sí, somos nacos…y
somos chidos
(Foto Adriano Alarcón)
Al momento que da lectura a este
puñado de letras, querido lector, un inútil, copetudo y cobarde ampón que aún
aspira a los honores públicos, sigue creyendo que “comanda” y dirige a un buen
rumbo (a la chingada) nuestra querida y despanzurrada nación. Soy de esos
románticos que cuando escuchan hablar de aquel partido político tricolor, aún
empeñado en dejarnos ir el criaturizador, se le estruja el estómago y al
instante escupe al suelo una flema guajolotera, sarnosa con bilis.
El pasado jueves 30 de Agustín,
una vez más guiado por un sherpa místico oriundo del terreno rojo, ascendí a lo
alto de la ciudad de Toluca, uno de los
Tíos Gamboínes del rock hecho en Metsico, había advertido, despachar una gruesa
cantidad de cotorreo macizo, gandallón y peligrudo. Sergio Arau, el Uyuyuy para
los cuates, apócrifo aspirante a ser el mismísimo preciso, acompañado de los
heavy mex, estrenaron disco en 2017, lleva por nombre Rudo. La placa es
divertida, característica del bueno humor del Arau y que sin temor al ridisurdo
es propio de su generación, también de aquellas buenas agrupaciones de
naturaleza contracultural como: El Personal, Los xochimilcas, Tex-Tex , Puerquerama
y claro Botellita de jerez (y un
chingamadral más de bandas y personajes).
Más allá de cualquier mapa
de “revoluciones” institucionalizadas,
aún hay chance para apostar al humor (que ha mantenido a flote en gran medida a
nuestra muy herida nación), contestatario hecho por rebeldes culturales, en más
de una disciplina, más allá de la música… Enfrentando a aquellos que se empeñan
en el desmadramiento de un México muy herido…Más allá de la extraña y vieja costumbre de gritar aquella oda
nacionalista –muy misteriosa- de orgullo genérico “viva México cabrones”… más
allá de la “hueva” productiva.
Dentro de un ambiente un tanto
gélido, sonaron los aplausos dispersos y tímidos a pesar de un lleno total (dijo el Arau) las
proporciones correctas de nostalgia y cotorrock de calidad, desfilaron sobre el
escenario del foro Landó. Uno de los aplanadores de los caminos oblicuos de
rock nacional, un responsable de posicionar a codazos un pedazo de la historia
musical… decidió concluir a tempranas horas de la noche, su misa PARROCKIAR.
¡Naco es chido!
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