martes, 2 de octubre de 2018

HAP-HEP-HIP-HOP DE MIKE DÍAZ









Letras de Reserva
Por Adriano Alarcon


“La historia la hacen quienes dice NO, y el no más grande de la música ha sido el punk” una buena sentencia de Jon Savage. Partiendo de algo tan certero, me atrevo a “reseñar” uno de los mejores platos hechos en México durante el 2018. Mike Díaz un complejo sicario lírico  oriundo de Aguascalientes, bebió del cáliz chamánico que en alguna última cena celebrada con profetas semánticos y de conciencia colectiva, compartió. El hip hop y el punk tienen algo en común, ambos dos géneros son virtuosos desordenes musicales. Renace es el nombre de la nueva placa de Mike Díaz, un respiro en épocas de inmediatez y hueva mental generalizada, son 20 canciones que conforman el material, cada uno de los cortes son un viaje macizo  y feroz de introspección.

No está usted para saberlo, y medio puedo contárselo querido lector, soy aficionado al boxeo, me gusta, disfruto de un buen tiro sobre el cuadrilátero, un encuentro donde se ponen a prueba habilidades, cualidades y causalidades. El box –creo yo- es una forma de contar (leer o escribir) cosas, pero con guantes. Los movimientos y golpes tienen algo de elipsis, de metáfora, cierta rima. Mike Díaz boxea con la palabra, es hábil, tiene técnica, se desplaza, fluye ligero y con estilo refinado. Un “Finito López” del Hip y del Hop.

Desde los 17 años Mike Díaz se ha estado preparando, influenciado por el rap chicano. Se ha convertido en un peso pesado, en una máquina casi perfecta pa’ tirar rimas con precisión aritmética y rigor militar. A cualquiera le podría arrebatar el aliento, poner contra las cuerdas o tirar sobre la lona, en cuestión de segundos. Su flow es un Frankenstein mortífero.
No queda duda, Mike es un alquimista del verso, de la rima, al navegar por cada una de las rolas se dinamitan ciertos miedos y muchos prejuicios. Son tiros certeros, despachados en orden cuántico  para ir triturando de a poco. Cuestiona, confronta, contradice, llena vacíos sonoros y hace fértiles los desiertos musicales. Se dice que un pesimista es un optimista con criterio, y el hidrocálido da cátedra de la cantidad de letras que se desayuna, come y cena para dar rumbo y sentido. Mike Díaz, no es un proxeneta de balneario contando “Hazañas” de inútiles  hampones que aspiran al honor público. No echa mano de filtros y formulas fraudulentas. Todo el nuevo material de Mike es un ritual.

La fuerza de gravedad, desvía, atrae, pone en movimiento y  puede desintegrar, y al final surge algo nuevo, se puede renacer por ejemplo…

“El mayor placer, lograr lo que la gente comenta que no podrás” (Corona-Mike Díaz) 




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