miércoles, 7 de noviembre de 2018

ADMIRARÉ EL DESASTRE











Letras de Reserva

Adriano Alarcón



El pasado día número 31 del mes bien llamado Rocktubre, en lo alto de la ciudad de Toluca (En el foro Landó) la banda oriunda de La Plata, Argentina, que comanda el instinto creativo de Santiago Motorizado, ofreció uno de los mejores conciertos que se han visto en el terreno rojo durante un agonizante 2018.
La representación potente de un sonido minimalista, sugestivo y poético, sobre un escenario, lleva por nombre “Él mató a un policía motorizado” una banda que desde sus inicios se propuso pavimentar los caminos oblicuos del rock, navegando con la bandera de una verdadera banda independiente.  Días previos a la presentación de la banda, anduve re-encontrándome con los discos previos a “La síntesis O´konor” (2017) su placa más reciente hasta ahora. Desde su EP debut y homónimo hasta la dinastía scorpio, pasando por cada uno de sus Spin-off, aquellas obras paralelas que han surgido a partir de sus rolas más representativas.   
Al tiempo que rondaba los sonidos creados (hasta ahora) por Él mató, pensaba en dos cosas; La primera vez que me encontré con la banda  a través de Myspace y en como es que las letras creadas por Santiago se asemejan al cine de ciencia ficción y acción serie B. Intentaré ser claro querido lector (aún presumiendo de mi ignorancia); Estar en una sala de cine  equivale a soñar despierto, es una versión artística en algunos casos, podemos llegar a identificarnos, a proyectar aspectos decisivos de nuestra personalidad en los arquetipos que se muestran sobre una gran pantalla dentro de una sala oscura, con sonido chingón.
La habilidad narrativa  y la imaginación fértil de Él mató, parte de una aparente simpleza, y lo increíble es cuando aquellas historias rebasan las coincidencias al momento de ser escuchadas. Aquella noche en el landó, sobre el escenario (una especie de pantalla) teñido de tonos rosados y azules, saturado de una niebla que convirtió aquel concierto en una suerte onírica, se  proyectaron historias por las que pudimos transitar libres y a nuestro gusto. Paisajes ruinosos, historias de amor incondicional que surgen desde la entraña, acentuados por aquel guiño y buen gesto frenético  al KrautRock. Sin blandenguerías.
Admiré el apocalipsis, la destrucción que construyó y recompuso universos confeccionados en cada rola, cada tiro certero… todo en una sola fracción de la noche.
  

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